lunes, 21 de junio de 2010

Cuenta regresiva

Hace ocho meses y medio que el reloj está sobre la mesa. La arena desciende sigilosamente. Varios ojos la observan expectantes y festejan con entusiasmo cada grano que cae. Le dicen la dulce espera, pero deberíamos llamarla la espera de los dulces. Sólo los chocolates y otras golosinas pueden calmar la ansiedad que tenemos por conocerte. Manos de abuelos, tíos y amigos conocen de memoria ese mapa que tiene como punto cardinal el ombligo.
Tu mamá, mira por la ventana, de perfil. Sus ojos primerizos dibujan en el cielo un arcoiris de alegría y una catarata de inseguridades en la tierra. Una luz especial los rodea y abraza. Es tu papá, que los mira embelesado. La pancita materna se enfrenta, a lo lejos,con la panza del reloj. Las dos son frágiles, jóvenes. Ambas cuentan los minutos que faltan.
Las hojas otoñales caen y dan lugar a las nuevas. Al igual que vos, brotan para conocer el mundo. Las luciérnagas están agrupadas para iluminar tu llegada. Sonajeros ensayan para musicalizar tus días y el sol está listo para acariciarte antes de dormir la siesta.
Es hora de construir un castillo de pañales y una cuna de felicidad. Tomi, está por nacer.

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