El mar de
los supuestos hace tiempo se secó. Esos seres inhabitados buscan su reflejo en
los charcos que la sequía dejó. ¿Para qué mirar atrás, si ya estamos acá? ¿Para
qué? ¿Para qué?
Están
juntos pero no lo disfrutan. Sólo revuelven el barro. El sol recorta sus
siluetas en una imagen digna de un cuadro. Pero sus ojos embarrados no lo
pueden ver. ¿Para qué mirar atrás, si ya estamos acá? ¿Para qué? ¿Para qué?
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